miércoles, 16 de mayo de 2007

से फुए यूएन अमिगो





SE FUE UN AMIGO




Se fue el Lola, y si bien arrastraba la cruz de una larga enfermedad que lo hacia cada día por medio tener que soportar la diálisis, desde hacia 5 años, cuando me avisaron, no lo podía creer.
Se fue el Lola, ese amigo incondicional que tuve desde toda mi vida, no recuerdo momentos de mi infancia con su ausencia, siempre estuvo allí, presente, al toque, a mi lado, así fuimos creciendo , vecinos, y tuvimos miles de aventuras juntos, esas que recordé a la vera de ese cajón marrón que contenía sus despojos.
No lo puedo creer todavía! Se ha ido, en la noche de despedida, mire mucho su rostro y me parecía que a cada cosa que venia a mi mente me respondía con una sonrisa. En la inmensidad del dolor quería convencerme que era un sueño, que ese amigo del alma, mi hermano elegido, no estaba allí que todo era una joda.
Mientras las horas pasaban vinieron a mi memoria los recuerdos mas lejanos, a inundar mi mente y a hacer brotar palabras que morían dentro de mi boca porque solo le podía hablar con el pensamiento,
Se fue un amigo, ese amigo que cada noche pasaba por casa y pegaba un silbido largo para avisarme que ya saldríamos a ver a alguna chica o a un baile esos que entrábamos fingiendo ser grandes y solo teníamos 16 y 17 años (por que por esos tiempos tenias que ser mayor para entrar en los bailes).
Hubo un tiempo en el que no nos vimos, esos tiempos en que cada cual fue por su lado a hacer su vida, pero el sentimiento que nos unía siempre estuvo firme, sin nada que lo rompiera ni se interpusiera.
El se alegraba de mis alegrías y yo de las de él,
El dolor que me provoco su partida fue tan grande que por primera vez sentí mis piernas aflojarse ante la impotencia del misterio de la muerte. Por suerte tuve la voz de mi hijo a mi lado, y su mirada comprendiendo mi dolor y pude entender la frase que me dijo mi mujer: “ tenés que dar gracias por haber conocido el sentimiento de la amistad” y, es verdad, mucho se habla de amistad pero es difícil tener amigos, cultivar una amistad durante más de 60 años , elegir y ser elegido amigo , sin querer hacerlo, solo porque se dá, porque no se falla, porque nos unen los más íntimos secretos de la infancia, de la adolescencia de la juventud, y el respeto mutuo a nuestras decisiones y nuestras elecciones, el apoyo incondicional, el estar en los momentos difíciles , eso es ser amigo.
Se fue el Lola, mi amigo, el Negro Barone, el carnicero, un buen vecino dijo una señora, pero para mi se fue un pedazo de mi propia historia, es como que me hubieran arrancado con las uñas afiladas de la realidad mi piel, dejando al descubierto mi cuerpo descarnado, y mi corazón sangrando por ese sentimiento de culpa que también sentí cada vez que me preguntaba si no hubiera podido hacer algo.
Seguro que nadie sabia porque quise que sus flores fuera amarillas y rojas , pero él desde donde esté entendió mi jugada y seguramente me hizo un guiño de aprobación, es que los dos escuchábamos el fútbol de los domingos juntos, en la casa de sus padres, en una radio eléctrica , por aquellos años en que no había televisión y solo transmitían un partido, el Lola era de Boca y yo soy de River, hinchábamos cada uno por su equipo pero jamás peleamos por el fútbol, en los entretiempos comíamos chicharrones que hacia su madre y organizábamos nuestras salidas a la feria de verano , a la plaza, o de gira por aquella Concordia tan serena en la se podía andar tranquilo durante toda la noche.
Lo acompañamos hasta el crematorio, allí las lágrimas de Servin y su emotiva despedida, y luego el abrir de la puerta que separa a los vivos de los muertos , y nos quedamos allí, todos, mirando esa puerta, familiares y amigos, no nos movíamos estábamos como haciéndole un piquete a la nada, como resistiendo a lo imposible, hasta que de a poco nos fuimos yendo cada uno a continuar con su vida, por que la cosa es así, la vida continúa, pero, a pesar de que quiero convencerme que ahora esta mejor, que ya no sufre, que posiblemente en algún tiempo cósmicos volvamos a vernos, lo único que se me ocurre es pensar que voy a extrañar el abrazo y el apretón de manos de mi a JULIO CESAR RIOS